domingo, 28 de febrero de 2016

¿DANZAS NATIVAS O DANZAS TRADICIONALES?



Muchas veces escuchamos hablar de danzas NATIVAS y danzas TRADICIONALES como si fueran sinónimos. No lo son. Si bien las definiciones que daré a continuación no son tan lineales ya que pueden diferir levemente según qué investigador se cite como fuente, el concepto es en general bastante claro y bien definido.

Se llaman DANZAS NATIVAS a aquellos bailes que fueron creados en nuestro país. Esto es muy fácil de determinar en el caso de algunas danzas pero en otras su origen desconocido o incierto dificulta la tarea. Entre los estudiosos del folklore se conviene también en aceptar la definición propuesta por el Prof. P. Berrutti que establece como NATIVAS a aquellas que se originaron en nuestros ámbitos folklóricos y a las que, aunque de origen extranjero, tuvieron gran difusión en nuestro territorio, se "acriollaron" tanto en su música como en su coreografía y de las cuales podríamos decir que son argentinas por adopción. 

Sin embargo es preciso aclarar que las DANZAS TRADICIONALES son aquellas que han llegado hasta nuestros días y que fueron transmitidas entre generaciones. Podemos citar como ejemplo a la Polca, que siendo una danza de origen foráneo, aún se practica en algunas regiones. Es decir que la polca NO ES UNA DANZA NATIVA, pero sí es una DANZA TRADICIONAL. Por lo tanto una danza tradicional no es necesariamente nativa, y no todas las danzas nativas son tradicionales (algunas desaparecieron hace tiempo y no han sido transmitidas generacionalmente). Aquí nace la necesidad de identificar lo que llamamos folklore histórico, vivo y naciente, sobre lo cual me ocuparé en un próximo artículo.

Si bien esta taxonomía requiere una mayor profundización, creo que con estos breves conceptos estamos en condiciones de comprender la diferencia que existe entre ambas categorías.

Danzas NATIVAS son el huayno, el bailecito, el carnavalito, incluso el tango, porque nacieron en nuestro país y a su vez son tradicionales porque llegaron hasta nosotros gracias a la transmisión oral de generaciones anteriores. Danzas tradicionales son la Jota Cordobesa, el Minué, el Remedio y la Zamba (por citar sólo algunas) porque fueron transmitidas generacionalmente, independientemente de su origen.

viernes, 5 de febrero de 2016

El Origen de las Danzas Tradicionales II

Carlos Vega profundiza en sus conceptos sobre el origen de las danzas tradicionales, y es muy importante comprender esta idea de "descenso" hacia el folk, de las danzas en sus variadas formas. Veamos de qué se trata...


LOS CENTROS DE RADIACION                 

        Cada lugar recibe las danzas nuevas de la población más cercana a cuya influencia obedece. Ésta última, de la ciudad cercana; ésta, de la capital de provincia y así sucesivamente va descendiendo desde los centros más importantes hasta los más modestos. Esta idea nos lleva al concepto que debería existir un centro de radiación o varios desde dónde se irradiara hacia “abajo” las novedades . Este es el concepto de focos radiales En la historia de la cultura podemos rescatar distintos centros de influencia, como por ejemplo: Atenas, Alejandría, Constantinopla, Roma, Bagdad, Damasco, Córdoba (España), Florencia, las cortes castellanas, las cortes francesas, París.

        Sin desconocer la influencia española durante el siglo XVI, el foco de irradiación principal para América durante la etapa colonial y hasta después de la etapa revolucionaria (creo que aún perdura, aunque disminuído por la influencia yanqui desde la segunda guerra) ha sido París. En este sentido España se ha comportado como un subfoco entre París y América.  No hay ningún caso documentado de ascenso gradual de alguna danza. Es imposible imaginar la marcha de un baile, con difusión radial, de campaña a campaña, de campaña a suburbio, de suburbio a clase media, de clase media a burguesía, de burguesía a aristocracia, con igual ascenso en cada país del mundo por la misma vía. En cambio, es perfectamente lógico y está documentado que un baile popular (ex culto) es llevado por alguien a París desde el lugar dónde vegeta y si por alguna circunstancia impresiona, París lo retoma, lo adereza, lo adopta y lo lanza al mundo, inclusive al lugar de donde lo trajo.En este caso es fundamental la intervención de los maestros de bailes o de los grupos que influyen en los salones.

        No solamente del ambiente folkórico, fuente pasiva de reservas, toma elementos coreográficos, algunas veces, el agente de las clases altas, sino también de ambientes autónomos, activos, generalmente marginales, dónde la recreación o coordinación es posible. Ésto se da ,por ejemplo en lupanares, cuarteles, puertos, etc..Generalmente la vivificación procede no de nuevas formas, sino de distintas maneras de hacer. En estos ambientes autónomos no solamente está la gente humilde, sino (como en los lupanares) estan los mejores y mas diestros bailarines de todas las clases sociales. Dentro de este concepto está la participación de los negros, que también recrean y vivifican las danzas europeas.

        Llevando la idea de los focos de radiación explicitada más arriba al caso americano, desde París directamente, o pasando por España, las danzas llegaron a América a través de las ciudades más importantes: Río de Janeiro, Lima, Buenos Aires y las Antillas.

        En nuestro caso podemos definir las vías de acceso, de acuerdo a la época histórica, teniendo en cuenta que Lima fue fundada en 1535 y Buenos Aires en 1580 hasta principios del siglo XIX la línea era Lima, Santiago de Chile y Buenos Aires. Posteriormente durante la época revolucionaria se invierte la corriente. La influencia desde Río de Janeiro aparece en el siglo XVIII pero sólo en el aspecto musical y no en el coreográfico.

        1600 a 1810 :  Lima  a Santiago a  Pcias Argentinas

         desde 1810:  Bs.As. a Santiago  a Lima

         de 1810 a 1820: aparece una vía complementaria, pero más lenta

         Lima a Bolivia a Tucumán

         Buenos Aires fue fundada medio siglo después que Lima..Durante este período del siglo XVI se producen en París novedades coreográficas importantes. Por lo tanto Buenos Aires carece del profundo sedimento que sí tiene Lima  con el cual influye durante todo el siglo XVII.

        El estilo picaresco y ágil de las Zambas y Gatos penetrará en todo el territorio argentino, salvo en la ciudad. A partir de la creciente influencia porteña, aparecerá un estilo más serio y grave que modificará las danzas en las cercanías de Buenos Aires, pero no así en el interior.         
        Con el desarrollo de la revolución ascienden los valores de las clases populares a los salones de Buenos Aires donde se baila el Cielito, el Pericón y la Media Caña y de Lima, que adopta la Zamacueca y la Resbalosa.                                                                                                           
       El camino de las danzas es el mismo que el de la Conquista, la Colonización y la Revolución.

miércoles, 3 de febrero de 2016

El origen de las danzas tradicionales



Ya hemos visto que el folklore es una ciencia que estudia muy diversos aspectos de una comunidad: su historia, sus leyendas, sus mitos, su música, su danza, su poesía, su gastronomía, su historia, etc. Por lo tanto debemos recordar que cuando hablamos de FOLKLORE no nos referimos únicamente a nuestras danzas, sino a nuestra cultura folk en su totalidad.

Dicho esto, me gustaría comentar algunas cuestiones importantes sobre las Danzas Tradicionales Argentinas.

Según el investigador y folklorólogo Carlos Vega, "Las corrientes colonizadoras marcaron  3 franjas costeras: Atlántico, Pacífico y las Antillas. En cuanto a la música y la danza, pese a que hay interrelación, hay también una gran independencia entre dichas zonas.
        
Si nos atenemos a los orígenes de las danzas argentinas, debemos concluir sin dudas, que dicho origen está en los salones europeos. En los primeros tiempos de la Colonia influyen activamente las escuelas francesa y española, predominando después la francesa, rica en elementos de origen vario. También hay resabios de influencia inglesa.
        
Las danzas aborígenes y africanas, presentes y activas en América, no han engendrado danzas folklóricas argentinas. Los bailes criollos, excepto el Malambo y algún otro, son de pareja y los negros y los indígenas de cualquier clase social no conocieron las danzas de pareja.
        
Una danza no nace una vez en cada lugar del mundo, sino que  se coordina una vez en un lugar y se difunde luego, por imitación . Pero esta imitación tiene una dirección principal: va de las clases altas a las clases bajas. Es decir, el pueblo imita a los poderosos.(En general esta ley indica que el “inferior” imita a su “superior” aún dentro de una misma clase). En este sentido podemos decir que las clases rurales, imitan a las urbanas. Hay también una dirección opuesta pero se manifiesta en una forma individual. Es decir alguien de la clase alta toma una danza, una idea que vio en el pueblo y lo lleva a los salones. O también alguna danza originaria de una población rural pasa a la metrópoli y de allí se difunde. Es importante destacar la gravitación que tenían en los salones los maestros de danza.
        
Para que los bailes desciendan y penetren hasta en los más apartados lugares, es necesario que su práctica en el ambiente superior sea duradera y su influjo persistente. Además no hay adopción popular sin hibridación entre lo que estaba y lo que llega. Nueva presión en el mismo sentido formal o estilístico puede eliminar del híbrido la parte más antigua."

Así vamos de a poco destejiendo las múltiples teorías que fundamentan el inicio de nuestras danzas criollas, y esto resulta fundamental a la hora de saber por qué y (especialmente) cómo debemos encarar el carácter de cada una de esas maravillosas expresiones populares que llamamos "danzas tradicionales argentinas". 

Esto recién comienza, iremos poco a poco profundizando en el fascinante camino que nuestra identidad folk ha recorrido en el tiempo.

lunes, 1 de febrero de 2016

Ambitos Folklóricos Argentinos

Ya hemos explicado el origen del vocablo FOLKLORE (vuelve a leerlo haciendo click aquí), y también hemos comentado los requisitos para que una manifestación popular sea considerada "folklórica" (revisa el concepto haciendo click aquí). 

En esta ocasión hablaremos sobre las diferentes regiones que componen el mapa folklórico de nuestro país. Los bailarines y docentes las conocemos como "ámbitos folkóricos". Como en tantos otros temas, largas discusiones se han dado en torno a la división cultural (no geográfica) de nuestro extenso territorio según las características comunes a cada región. Diferentes autores han expresado sus opiniones al respecto, y espero encuentres interesantes sus fundamentos. 

Las Regiones Folklóricas según BRUNO JACOVELLA: este reconocido investigador se enfoca principalmente en los aspectos históricos. Sobresalta la UNIDAD  de la conformación cultural argentina: las ciudades antecedieron a las aldeas, imponiéndoles las instituciones, la lengua y la religión. Sostiene que esa UNIFORMIZACION continuó aún después de la emancipación, siendo Buenos Aires un polo difusor de la cultura a todo el país que da por resultado un modelo nacional casi impuesto, sin atender a criterios regionales. Por ello, para zonificar el folklore, toma el período que va desde mediados del siglo XIX hasta principio del siglo XX, aunque él confeccionó su clasificación al final de los años cincuenta. Excluye al CHACO y la PATAGONIA, por haber permanecido en esa franja de tiempo «aislados» de la cultura «criolla», considerándolos conglomerados étnicos que aún no conforman un folklore. Jacovella considera y define cinco regiones:
·        La región de la Cultura Peruana
·        La región de Influencia Chilena
·        La región pampeana
·        La Mesopotamia
·        La Puna

Las Areas de Cultura Folk según Enrique PalavecinoEste autor reacciona contra los investigadores que minimizan las zonas de notable presencia aborigen. Para incluirlas dentro del folk, propone una sólida definición de AREA:

    «...aquellas regiones en que la vida de la población rural o aldeana se desenvuelve o se ha desenvuelto y de ellas quedan rasgos supervivientes (...) comunidades relativamente poco numerosas,  producción local o regional de los bienes para la alimentación, el vestido y la vivienda, determinando un alto grado de autosuficiencia económica del  grupo familiar, de la comunidad aldeana y del área cultural; tecnología simple, manual o elementalmente mecanizada, con muy escasa especialización profesional; marcada dependencia del marco geográfico; grupo social fundado sobre las relaciones familiares (consanguineidad y parentesco político); predominancia de las reglas de conductas tradicionales en todos los órdenes de la vida; notable importancia de la religión y de la magia que interpenetran en la vida de la comunidad (ciclo económico anual, etapas del ciclo vital del individuo, actos jurídicos, trabajo y descanso, crimen y castigo); homogeneidad cultural y genética con notable coherencia e integración funcional; cambio cultural lento.»

            Divide el territorio en dos sectores: OCCIDENTAL (árido) y LITORALEÑO (húmedo), los cuales contienen a las diversas AREAS: 
·        OCCIDENTAL: Altiplano, cordillera hasta Cuyo, Sierras Pampeanas, zona santiagueña hasta el borde occidental del Chaco. Reciben la influencia aborigen que encontraron los españoles en la región, determinando actividades como el pastoreo de la llama, intenso cultivo, organización social estratificada, metalurgia y tejido.
·        LITORALEÑO: Mesopotamia, parte de la llanura pampeana (zonas santafesina y bonaerense), parte de la llanura chaqueña en contacto con al anterior. Como influencia aborigen, sobreviven la ausencia de pastoreo, cultivos de carácter tropical y subtropical, organización social más flexible y tecnología muy primitiva.
              Dentro de esta zonificación, establece las ÁREAS, a  las cuales  CONSIDERA COMO FOLKLÓRICAMENTE DEFINIDAS DESPUÉS DE MEZCLARSE CON LOS RASGOS HISPANICOS, a comienzos del siglo XII:
·        OCCIDENTAL: Puna, Noroeste, Meleros
·        LITORALEÑO: Vaquerías, Agricultores tropicales, Araucanos del Neuquén.


Los Ámbitos Folklóricos según Augusto Raúl Cortazar: Cortazar en su estudio evita el término REGIONES, por considerar que remite sólo al aspecto geográfico y por ello elige AMBITOS, al cual considera más abarcativo. Tiene en cuenta:
·        El factor ANTROPOGEOGRAFICO, es decir no el clima o la tierra aisladamente, sino la relación que el HOMBRE tiene con su medio ambiente.
·        El factor HISTORICO-CULTURAL, es decir lo tradicional, arqueológico, etnográfico y folklórico, con central detenimiento en lo regional y funcional.
·        Lo LINGUISTICO Y LITERARIO. Esto abarca desde las tonadas y topónimos de notable influencia aborigen hasta las producciones de folklore literario y literatura folklórica nacidas en ese ámbito.
           Los AMBITOS para Cortazar son:
-         Puna y quebradas del Norte
-         Sierras y valles de Noroeste
-         Cuyano
-         Patagónico
-         Pampeano
-         Mesopotámico
-         Chaqueño
-         Central

Las Áreas de la Cultura Folk, según Olga F. Latour de Botas: Esta investigadora y educadora reconoce enfáticamente las posiciones de Jacovella y Cortazar, pero toma del historiador Fernando Pagés Larraya, un trabajo que en 1981 establece una curiosa organización cronológica de la CULTURA CRIOLLA:
·        CULTURA CRIOLLA ANTIGUA, desde los orígenes prehistóricos hasta la creación del Virreinato del Río de la Plata: EDAD DEL CAOS Y DE LOS DIOSES.
·        CULTURA CRIOLLA MEDIEVAL, desde la creación del Virreinato hasta la promulgación de la CONSTITUCION DE 1853: EDAD DE LOS HEROES.
·        CULTURA CRIOLLA MODERNA, desde 1853 hasta 1955: EDAD DE LOS HOMBRES.
·        CULTURA CRIOLLA  ARGENTINA CONTEMPORANEA, los tiempos actuales.

      Estos momentos históricos y su influencia sobre las culturas populares, determinan para Bottas cinco grandes áreas en nuestras culturas folk:
·        ANTIGUO TUCUMAN, llamadas también «provincias de arriba», con marcada influencia de Lima. Incluye en ella dos sub-áreas: «Puna » e «Isla quichuista de Santiago del  Estero»
·        CUYANA, la cual comparte rasgos con Chile.
·        PAMPEANA, marcada culturalmente por la fuerte influencia irradiada desde Buenos Aires y con presencia indígena dada en lo mapuche.
·        NORDESTE, a la cual señala con mayor heterogeneidad, resalta las supervivencias aborígenes hasta nuestros días, con diversidad de etnias, y señala tres sub-areas:     
·        CHAQUEÑA, con sus tres períodos históricamente encadenados: MELERO, GANADERO y OBRAJE Y MIGRACION.
·        CORRENTINA, con fuerte identificación con Paraguay, citando como ejemplo el bilingüismo castellano-guaraní.
·        MISIONERA, con fuerte presencia interétnica aborigen, criolla, europea (española y portuguesa), africana y últimamente el aporte asiático.

Los Ámbitos Folklóricos Argentinos, según Felix Coluccio: Este autor ha realizado importantísimos relevamientos directos en las diversas culturas folk de nuestro país. De ello deriva que su clasificación sea sumamente ilustrativa para cada ámbito. Los aspectos que considera como caracterizadores son:
·        geográficos, en sentido amplio (relieve, clima, economía regional, flora, fauna).
·        etnográficos, registra todas las etnias existentes y su mestización.
·        folklore material, describe transporte, vivienda, ocupaciones, artesanías y alimentación.
·        folklore espiritual, mencionando lo literario, celebraciones paganas, cultos, creencias y supersticiones, mitos, música y danzas, costumbres trascendentales y rituales, juegos y diversiones de niños y adultos.
      Los AMBITOS que Coluccio define son:
·        Noroéstico,
·        Chaqueño,
·        Central (aquí incluye norte de Córdoba, Santiago del Estero y centro-norte de Santa Fe),
·        Cuyano,
·        Mesopotámico,
·        Pampeano
·        Patagónico




Esta clasificación permite al docente ubicar geográficamente el origen de la manifestación folk puesta en estudio. La idiosincracia del pueblo que la origina, determinada por su geografía, su clima, su historia, su lengua, etc.

Si bien muchas de nuestras expresiones tradicionales tuvieron vigencia en casi todo el territorio nacional (la chacarera por ejemplo), no es lo mismo una cueca norteña que una cuyana. Ni un bailecito jujeño que uno cordobés. Y esto es fundamental a la hora de encarar la enseñanza o puesta en escena de cualquier manifestación folk

Cuándo un hecho cultural es "folklórico"?


En un post anterior decíamos que Folklore es un una ciencia que estudia las manifestaciones culturales de un determinado sector de la sociedad. Y surge el interrogante: ¿todo lo que una sociedad hace o cultiva es folklórico? En realidad, diferentes estudiosos coinciden en que para que una manifestación popular pueda ser considerada como un "hecho folklórico" debe cumplir ocho requisitos a saber: colectivo, popular, empírico, oral, funcional, tradicional, anónimo y regional. Explicamos a continuación cada una de ellos.

COLECTIVO: Un hecho o costumbre, que en la actualidad es aceptado como folklórico: tuvo su origen como producto de un acto individual, pero posteriormente pasó a ser aceptado y adoptado por un grupo, pasando a ser colectivo y se da como algo natural, propio y vigente dentro de la sociedad.

POPULAR: Este hecho o costumbre pasa a ser popular por la asimilación que el pueblo ha hecho y como resultado lo integró a su vida diaria, como por ejemplo: el mate.

EMPÍRICO: Es decir que se efectúa espontáneamente y se va trasmitiendo una vez aprendido, por experiencia y observación de generación en generación.

ORAL: Tanto el aprendizaje como la transmisión del hecho folklórico, es por mediación oral sin quedar registrado, y se lo transmiten entre los integrantes de la comunidad.

FUNCIONAL: El hecho folklórico pasa a ser funcional, cuando identifica al pueblo o comunidad consigo mismo, satisfaciendo las necesidades sociales o espirituales de dicho pueblo.

TRADICIONAL: Para que el hecho sea folklórico debe tener arraigo popular, lo cual significa tener permanencia a través del tiempo. Subsiste a través de él, transmitiéndose de generación en generación.

ANÓNIMO: Que sea anónimo depende de la permanencia en el tiempo que ha tenido el hecho en la comunidad. Si el hecho persiste en el tiempo sin haber dejado constatado su origen, está implicando su anonimato.

REGIONAL: El ámbito folklórico es la región, cuyos habitantes conservan anónima y tradicionalmente un legado cultural. Los hechos folklóricos son geográficamente localizables, tienen expresión regional. La localización geográfica de un hecho folklórico no depende de la división política de una región, país o continente.

Como vemos, muchas de las manifestaciones que incluso hoy consideramos "folklóricas" no lo son en el sentido más ajustado de su definición. Por ejemplo: la Zamba del Laurel (cuyos autores son Armando Tejada Gómez y Gustavo "Cuchi" Leguizamón) no cumple algunos de estos requisitos: no es anónima (conocemos sus autores), no es oral pues existen registros (grabaciones, partituras, letra, etc.). Es lo que llamamos "de raíz folklórica". Por el contrario la elaboración de la mazamorra, reúne todas las condiciones del hecho folklórico. 

Con la aplicación de estos criterios resulta evidente cuáles son las manifestaciones de un pueblo que pueden ser objeto de estudio del folklore-ciencia, y cuales, definitivamente no son folklore.