lunes, 16 de mayo de 2016

El acto escolar del 25 de Mayo: entre lunares y peinetones, mucho por revisar.




Se aproxima el 25 de Mayo y las escuelas se llenan de banderas y escarapelas, el dibujo del Cabildo se multiplica en los cuadernos y los niños dedican largas horas de ensayo a esos actos escolares que todos recordamos y guardamos en un lugar muy especial del corazón. Pero...
¿Para qué hacemos el acto? ¿Sólo para "cumplir" con las directivas ministeriales de evocar una efeméride más? ¿Saben los niños por qué deben vestirse como gauchos, damas o caballeros? ¿Por qué bailamos unas danzas y otras no? ¿Están l@s maestr@s capacitados para fundamentar históricamente la elección de tal o cual danza, o de tal o cual atuendo?
Un acto escolar es un hecho pedagógico, tan importante como una clase en el aula, o una salida de campo. Y como tal tiene, o debiera tener, una finalidad que trascienda el mero cumplimiento de una formalidad administrativa.
El acto escolar es el cierre de una serie de actividades desarrolladas en clases previas, una forma práctica de reconocer, revivir y evocar los orígenes de nuestra vida como nación. Una ocasión inmejorable de afianzar conocimientos, rememorar acontecimientos históricos y aprehenderlos para toda la vida. Resulta obvio decir entonces, que tales contenidos deberán ser extremadamente fieles a la realidad histórica que representan.
Se aproxima una nueva evocación de aquel 25 de Mayo de 1810 y surgen una vez más los miriñaques de las damas, los grandes peinetones y las telas rojas con lunares que lucen las negritas. Pero nada de esto existía en 1810. Los grandes peinetones llegaron al Río de la Plata alrededor de 1830, los miriñaques hacia 1860 y las telas con lunares hacia fines del siglo. Así lo testimonian las investigaciones iconográficas ampliamente detalladas en obras sobre atuendo tradicional rioplatense realizadas por destacados investigadores.
Entonces ¿por qué seguimos repitiendo estos estereotipos equivocados? Por desconocimiento muchas veces, por improvisación otras, y por temor a salirse del patrón preestablecido en el ámbito escolar. ¿Qué docente sin mayor preparación en el tema se animaría a romper con estas "costumbres" tan arraigadas en la escuela?
Ese es el desafío. Investigar, descubrir, incluso con los propios niños, un tema, que parece menor pero que representa nada más y nada menos, que la transmisión de contenidos significativos ajustados a la realidad.
En resumen, en la colonia año 1810, las damas de clase alta, adoptaron la sencillez de la Francia revolucionaria, con colores muy pálidos, marfil o blanco, el corte debajo del busto estilo imperio con grandes escotes y telas muy finas y transparentes como la muselina, (aún en invierno debajo de los vestidos solo tenían una enagua de la misma tela, de allí que la enfermedad mas común entre las señoras era “el mal de la muselina”, bronquitis fuerte).
A veces le bordaban mostacillas. Tampoco usaban peinetones, sólo la pequeña peineta española (tipo teja) caladas y talladas en carey. Para ir a misa, sobre la peineta se colocaban la mantilla española, el misal y el infaltable abanico. Los peinados estilo romanas, con pequeño rodete alto, rizos a los costados y todo adornado con perlas y collares.
Los zapatos eran de tela, generalmente blancos o negros, ellas mismas los cosían y bordaban con mostacillas, luego los zapateros les colocaban las suelas, sin tacón.
Los caballeros se vestían al estilo inglés combinaban chaqueta oscura, con ceñidos calzones cortos en blanco, natural o amarillo.
Debajo medias de seda blancas. Las camisas con cuello “palomita” y yabot o pañuelo de seda, terminaban en mangas rematadas con puntillas.
Era de gran elegancia llevar galera y  bastón, los funcionarios del cabildo usaban pelucas blancas entalcadas, estilo francés. Los  zapatos se importaban de Europa y tenían grandes hebillas de bronce, eran muy costosos. Los niños vestían casaca, calzón corto y chaleco. Las niñas vestían como las señoras.
Para la gente pobre, esclavos y vendedores la principal indumentaria era el poncho, un sombrero bajito y un pañuelo para atarse a la cabeza. Iban descalzos o usaban los zapatos que les daban los ricos. La ropa era muy cara, por eso entre la gente pobre, formaba parte de la herencia. Sencillas telas de algodón en colores lisos o a rayas, faldas y camisas de bayeta (un tejido similar al lienzo), pañuelos y algún abrigo de lana completaban su sencillo atuendo.

     


    


En cuanto a las danzas populares de la época colonial el Prof. H. Aricó nos dice: "La documentación histórica nos indica que hacia 1810 las danzas de esparcimiento que se practicaban en los ‘salones’ (sitios de reunión de la clase económica alta) de nuestro territorio eran la Contradanza, el Minué, el Vals, el Paspié, la Alemanda, la Pieza Inglesa o Solo Inglés, las Boleras, el Afandangado y el Cielo en batalla; todas ellas procedentes de Europa, excepto el Cielo en batalla que era una reelaboración local de la Contradanza y por lo tanto una de las primeras formas del baile ‘argentino’.
    Los maestros de danza de la sociedad aristocrática enseñaban las coreografías llegadas del viejo mundo para que todos puedan bailarlas en las tertulias y en ciertos casos, como el del Cielo en batalla, recreaban las evoluciones y adaptaban la música, dando origen a nuevas danzas de definitivo estilo nacional. De estos bailes de los salones no se han hallado descripciones coreográficas documentales más allá de los nombres.
    A su vez el ‘pueblo’ (grupos de menores recursos económicos cercanos a las ciudades y campesinos) fue un natural imitador de la aristocracia y de manera espontánea y masiva actuó como su propio maestro de baile, readaptando las danzas de los salones que más tarde se popularizaron en sus encuentros sociales.
    Así es que en 1810 el pueblo practicaba el Cielito (forma acriollada de la Contradanza), el Pericón (desprendimiento posterior del Cielito), el Malambo (con alguna reminiscencia de la Pieza Inglesa o Solo Inglés) y el Gato que había llegado, vía Chile, desde la Lima capitalina del Virreinato del Alto Perú.
    Por otra parte, las personas de raza negra que habían sido traídas desde su África natal con el triste fin del comercio de esclavos bailaban su danza de invocación autóctona que luego recibiría el nombre de Candombe. Sus encuentros se llamaban ‘tambos’ o ‘tangos’ cuyo significado es reunión, fiesta o baile.
    Aunque los documentos de esa época no describen las coreografías completas, otros posteriores y coincidentes con la extensa vigencia de esas danzas nos dan licencia para recrear aquel momento histórico del 25 de mayo de 1810.
    Entonces podemos decir que los bailes apropiados para evocar esta fecha patria son el Cielito, el Gato, el Malambo, el Pericón antiguo y el Candombe; todos en estilo popular o campesino, excepto el Cielito que también puede interpretarse en estilo de salón".

Se aproxima el 25 de Mayo. Las escuelas se visten de celeste y blanco, los niños preparan sus cuadros artísticos. ¿Cuántos docentes se atreverán a evocarlos con rigurosidad histórica?

Nos veremos con una reflexión similar el próximo 9 de Julio.






jueves, 7 de abril de 2016

7 DE ABRIL: DIA NACIONAL DE LA ZAMBA


"Y si la moza y la zamba, llegan a ser tucumanas... Bañate en agua bendita, que ya ni el diablo te salva."  Así dicen los inolvidables versos del Cuchi Leguizamón. Y es verdad. No existe hechizo alguno capaz de "curar" el "mal de zamba". Es que si la escuchaste, y alguna vez te animaste a aprenderla a bailar, estarás atrapado para siempre en la dulzura de sus notas, en la elegancia de sus pazos y en el lenguaje inconfundible de los pañuelos. Así es la Zamba.

Esta danza, quizá la más hermosa de nuestro folklore coreográfico tradicional, nació bajo el nombre de Zamacueca, allá por la Lima colonial de 1820. Claro que no era tal como la conocemos ahora, sino que con el paso del tiempo y su peregrinación hacia el sur del continente fue encontrando la personalidad y estilo que posee en nuestros días. Tuvo gran difusión en todos los ámbitos debido a su bella coreografía, su ingeniosa música, su ritmo y la colocación de los acentos que la convertían en una danza única.

Son incontables los autores y las composiciones que a lo largo de la historia han encontrado en la Zamba, una manera elegante y seductora de expresar profundos sentimientos. Su estructura musical es compleja y aún en la actualidad existen diferencias al respecto. Hay quien sostiene que se trata de una danza en compás de 6/8, mientras que Adolfo Abalos o Hilda Herrera (nuestra gran artista capillense) aseguran que en realidad es una composición en 3/4. Y Juan Falú la define como de ritmo mixto.

Lo cierto es que es imposible no reconocerla como nuestra, y bailarla con emoción.

Hoy celebramos el Día Nacional de la Zamba en honor a "La 7 de Abril", madre de zambas, que fue registrada por Andrés Chazarreta, como autor de letra y música, según el registro Nº 3049 de SADAIC, del año 1916. Pero es muy probable que no perteneciera a don Andrés, sino a autor anónimo y recopilada por Chazarreta a principios del siglo pasado. 
Y desde entonces tucumanos y santiagueños se han disputado la propiedad de esta famosa zamba. Isabel Aretz dice que el autor sería el Ñato Carrillo, violinista tucumano fallecido en 1911. Pero no lo dice por confirmación de ella, sino porque lo sostenía un tradicionalista llamado Rafael Oliva, que era tucumano precisamente. En este caso, 7 de Abril podría referenciarse a la insurrección tucumana de 1840 contra Rosas, que originara que una proclama del Gobernador Marcos Avellaneda contra Rosas, fuera reprimida y con éxito por éste. 
El nombre Siete de Abril conmemoraría entonces el levantamiento de 1840, que termina con la cabeza del gobernador Marcos Avellaneda expuesta en una plaza principal durante varios días, frente a la casa de Gobierno, donde un monolito conmemora el hecho
Los santiagueños no creen en esta versión que intenta dar cuenta del título y origen de la zamba. Y piensan que la zamba es originaria de ahí. 
Al mismo tiempo, De Cicco deja otra incógnita echando más misterio al tema: el 7 de Abril de 1695 se fundó oficialmente la Ciudad de Catamarca. Los tucumanos no se quedan atrás: 7 de Abril puede referirse a un lugar; en concreto, la localidad tucumana que lleva ese nombre.

Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú, Jaime Dávalos, Cuchi Leguizamón, y tantos otros grandes exponentes de nuestra música folklórica han encontrado en los compases de una zamba la manera de volverse inmortales y hoy los recordamos a todos ellos y a los jóvenes autores que sigan nutriendo uno de los estilos musicales más queridos por nuestra gente.

Subí el volumen, agarrá el pañuelo y bailala, como quieras, como puedas, como la sientas... Es tuya, es de todos. ¡FELIZ DÍA DE LA ZAMBA!


domingo, 28 de febrero de 2016

¿DANZAS NATIVAS O DANZAS TRADICIONALES?



Muchas veces escuchamos hablar de danzas NATIVAS y danzas TRADICIONALES como si fueran sinónimos. No lo son. Si bien las definiciones que daré a continuación no son tan lineales ya que pueden diferir levemente según qué investigador se cite como fuente, el concepto es en general bastante claro y bien definido.

Se llaman DANZAS NATIVAS a aquellos bailes que fueron creados en nuestro país. Esto es muy fácil de determinar en el caso de algunas danzas pero en otras su origen desconocido o incierto dificulta la tarea. Entre los estudiosos del folklore se conviene también en aceptar la definición propuesta por el Prof. P. Berrutti que establece como NATIVAS a aquellas que se originaron en nuestros ámbitos folklóricos y a las que, aunque de origen extranjero, tuvieron gran difusión en nuestro territorio, se "acriollaron" tanto en su música como en su coreografía y de las cuales podríamos decir que son argentinas por adopción. 

Sin embargo es preciso aclarar que las DANZAS TRADICIONALES son aquellas que han llegado hasta nuestros días y que fueron transmitidas entre generaciones. Podemos citar como ejemplo a la Polca, que siendo una danza de origen foráneo, aún se practica en algunas regiones. Es decir que la polca NO ES UNA DANZA NATIVA, pero sí es una DANZA TRADICIONAL. Por lo tanto una danza tradicional no es necesariamente nativa, y no todas las danzas nativas son tradicionales (algunas desaparecieron hace tiempo y no han sido transmitidas generacionalmente). Aquí nace la necesidad de identificar lo que llamamos folklore histórico, vivo y naciente, sobre lo cual me ocuparé en un próximo artículo.

Si bien esta taxonomía requiere una mayor profundización, creo que con estos breves conceptos estamos en condiciones de comprender la diferencia que existe entre ambas categorías.

Danzas NATIVAS son el huayno, el bailecito, el carnavalito, incluso el tango, porque nacieron en nuestro país y a su vez son tradicionales porque llegaron hasta nosotros gracias a la transmisión oral de generaciones anteriores. Danzas tradicionales son la Jota Cordobesa, el Minué, el Remedio y la Zamba (por citar sólo algunas) porque fueron transmitidas generacionalmente, independientemente de su origen.

viernes, 5 de febrero de 2016

El Origen de las Danzas Tradicionales II

Carlos Vega profundiza en sus conceptos sobre el origen de las danzas tradicionales, y es muy importante comprender esta idea de "descenso" hacia el folk, de las danzas en sus variadas formas. Veamos de qué se trata...


LOS CENTROS DE RADIACION                 

        Cada lugar recibe las danzas nuevas de la población más cercana a cuya influencia obedece. Ésta última, de la ciudad cercana; ésta, de la capital de provincia y así sucesivamente va descendiendo desde los centros más importantes hasta los más modestos. Esta idea nos lleva al concepto que debería existir un centro de radiación o varios desde dónde se irradiara hacia “abajo” las novedades . Este es el concepto de focos radiales En la historia de la cultura podemos rescatar distintos centros de influencia, como por ejemplo: Atenas, Alejandría, Constantinopla, Roma, Bagdad, Damasco, Córdoba (España), Florencia, las cortes castellanas, las cortes francesas, París.

        Sin desconocer la influencia española durante el siglo XVI, el foco de irradiación principal para América durante la etapa colonial y hasta después de la etapa revolucionaria (creo que aún perdura, aunque disminuído por la influencia yanqui desde la segunda guerra) ha sido París. En este sentido España se ha comportado como un subfoco entre París y América.  No hay ningún caso documentado de ascenso gradual de alguna danza. Es imposible imaginar la marcha de un baile, con difusión radial, de campaña a campaña, de campaña a suburbio, de suburbio a clase media, de clase media a burguesía, de burguesía a aristocracia, con igual ascenso en cada país del mundo por la misma vía. En cambio, es perfectamente lógico y está documentado que un baile popular (ex culto) es llevado por alguien a París desde el lugar dónde vegeta y si por alguna circunstancia impresiona, París lo retoma, lo adereza, lo adopta y lo lanza al mundo, inclusive al lugar de donde lo trajo.En este caso es fundamental la intervención de los maestros de bailes o de los grupos que influyen en los salones.

        No solamente del ambiente folkórico, fuente pasiva de reservas, toma elementos coreográficos, algunas veces, el agente de las clases altas, sino también de ambientes autónomos, activos, generalmente marginales, dónde la recreación o coordinación es posible. Ésto se da ,por ejemplo en lupanares, cuarteles, puertos, etc..Generalmente la vivificación procede no de nuevas formas, sino de distintas maneras de hacer. En estos ambientes autónomos no solamente está la gente humilde, sino (como en los lupanares) estan los mejores y mas diestros bailarines de todas las clases sociales. Dentro de este concepto está la participación de los negros, que también recrean y vivifican las danzas europeas.

        Llevando la idea de los focos de radiación explicitada más arriba al caso americano, desde París directamente, o pasando por España, las danzas llegaron a América a través de las ciudades más importantes: Río de Janeiro, Lima, Buenos Aires y las Antillas.

        En nuestro caso podemos definir las vías de acceso, de acuerdo a la época histórica, teniendo en cuenta que Lima fue fundada en 1535 y Buenos Aires en 1580 hasta principios del siglo XIX la línea era Lima, Santiago de Chile y Buenos Aires. Posteriormente durante la época revolucionaria se invierte la corriente. La influencia desde Río de Janeiro aparece en el siglo XVIII pero sólo en el aspecto musical y no en el coreográfico.

        1600 a 1810 :  Lima  a Santiago a  Pcias Argentinas

         desde 1810:  Bs.As. a Santiago  a Lima

         de 1810 a 1820: aparece una vía complementaria, pero más lenta

         Lima a Bolivia a Tucumán

         Buenos Aires fue fundada medio siglo después que Lima..Durante este período del siglo XVI se producen en París novedades coreográficas importantes. Por lo tanto Buenos Aires carece del profundo sedimento que sí tiene Lima  con el cual influye durante todo el siglo XVII.

        El estilo picaresco y ágil de las Zambas y Gatos penetrará en todo el territorio argentino, salvo en la ciudad. A partir de la creciente influencia porteña, aparecerá un estilo más serio y grave que modificará las danzas en las cercanías de Buenos Aires, pero no así en el interior.         
        Con el desarrollo de la revolución ascienden los valores de las clases populares a los salones de Buenos Aires donde se baila el Cielito, el Pericón y la Media Caña y de Lima, que adopta la Zamacueca y la Resbalosa.                                                                                                           
       El camino de las danzas es el mismo que el de la Conquista, la Colonización y la Revolución.

miércoles, 3 de febrero de 2016

El origen de las danzas tradicionales



Ya hemos visto que el folklore es una ciencia que estudia muy diversos aspectos de una comunidad: su historia, sus leyendas, sus mitos, su música, su danza, su poesía, su gastronomía, su historia, etc. Por lo tanto debemos recordar que cuando hablamos de FOLKLORE no nos referimos únicamente a nuestras danzas, sino a nuestra cultura folk en su totalidad.

Dicho esto, me gustaría comentar algunas cuestiones importantes sobre las Danzas Tradicionales Argentinas.

Según el investigador y folklorólogo Carlos Vega, "Las corrientes colonizadoras marcaron  3 franjas costeras: Atlántico, Pacífico y las Antillas. En cuanto a la música y la danza, pese a que hay interrelación, hay también una gran independencia entre dichas zonas.
        
Si nos atenemos a los orígenes de las danzas argentinas, debemos concluir sin dudas, que dicho origen está en los salones europeos. En los primeros tiempos de la Colonia influyen activamente las escuelas francesa y española, predominando después la francesa, rica en elementos de origen vario. También hay resabios de influencia inglesa.
        
Las danzas aborígenes y africanas, presentes y activas en América, no han engendrado danzas folklóricas argentinas. Los bailes criollos, excepto el Malambo y algún otro, son de pareja y los negros y los indígenas de cualquier clase social no conocieron las danzas de pareja.
        
Una danza no nace una vez en cada lugar del mundo, sino que  se coordina una vez en un lugar y se difunde luego, por imitación . Pero esta imitación tiene una dirección principal: va de las clases altas a las clases bajas. Es decir, el pueblo imita a los poderosos.(En general esta ley indica que el “inferior” imita a su “superior” aún dentro de una misma clase). En este sentido podemos decir que las clases rurales, imitan a las urbanas. Hay también una dirección opuesta pero se manifiesta en una forma individual. Es decir alguien de la clase alta toma una danza, una idea que vio en el pueblo y lo lleva a los salones. O también alguna danza originaria de una población rural pasa a la metrópoli y de allí se difunde. Es importante destacar la gravitación que tenían en los salones los maestros de danza.
        
Para que los bailes desciendan y penetren hasta en los más apartados lugares, es necesario que su práctica en el ambiente superior sea duradera y su influjo persistente. Además no hay adopción popular sin hibridación entre lo que estaba y lo que llega. Nueva presión en el mismo sentido formal o estilístico puede eliminar del híbrido la parte más antigua."

Así vamos de a poco destejiendo las múltiples teorías que fundamentan el inicio de nuestras danzas criollas, y esto resulta fundamental a la hora de saber por qué y (especialmente) cómo debemos encarar el carácter de cada una de esas maravillosas expresiones populares que llamamos "danzas tradicionales argentinas". 

Esto recién comienza, iremos poco a poco profundizando en el fascinante camino que nuestra identidad folk ha recorrido en el tiempo.

lunes, 1 de febrero de 2016

Ambitos Folklóricos Argentinos

Ya hemos explicado el origen del vocablo FOLKLORE (vuelve a leerlo haciendo click aquí), y también hemos comentado los requisitos para que una manifestación popular sea considerada "folklórica" (revisa el concepto haciendo click aquí). 

En esta ocasión hablaremos sobre las diferentes regiones que componen el mapa folklórico de nuestro país. Los bailarines y docentes las conocemos como "ámbitos folkóricos". Como en tantos otros temas, largas discusiones se han dado en torno a la división cultural (no geográfica) de nuestro extenso territorio según las características comunes a cada región. Diferentes autores han expresado sus opiniones al respecto, y espero encuentres interesantes sus fundamentos. 

Las Regiones Folklóricas según BRUNO JACOVELLA: este reconocido investigador se enfoca principalmente en los aspectos históricos. Sobresalta la UNIDAD  de la conformación cultural argentina: las ciudades antecedieron a las aldeas, imponiéndoles las instituciones, la lengua y la religión. Sostiene que esa UNIFORMIZACION continuó aún después de la emancipación, siendo Buenos Aires un polo difusor de la cultura a todo el país que da por resultado un modelo nacional casi impuesto, sin atender a criterios regionales. Por ello, para zonificar el folklore, toma el período que va desde mediados del siglo XIX hasta principio del siglo XX, aunque él confeccionó su clasificación al final de los años cincuenta. Excluye al CHACO y la PATAGONIA, por haber permanecido en esa franja de tiempo «aislados» de la cultura «criolla», considerándolos conglomerados étnicos que aún no conforman un folklore. Jacovella considera y define cinco regiones:
·        La región de la Cultura Peruana
·        La región de Influencia Chilena
·        La región pampeana
·        La Mesopotamia
·        La Puna

Las Areas de Cultura Folk según Enrique PalavecinoEste autor reacciona contra los investigadores que minimizan las zonas de notable presencia aborigen. Para incluirlas dentro del folk, propone una sólida definición de AREA:

    «...aquellas regiones en que la vida de la población rural o aldeana se desenvuelve o se ha desenvuelto y de ellas quedan rasgos supervivientes (...) comunidades relativamente poco numerosas,  producción local o regional de los bienes para la alimentación, el vestido y la vivienda, determinando un alto grado de autosuficiencia económica del  grupo familiar, de la comunidad aldeana y del área cultural; tecnología simple, manual o elementalmente mecanizada, con muy escasa especialización profesional; marcada dependencia del marco geográfico; grupo social fundado sobre las relaciones familiares (consanguineidad y parentesco político); predominancia de las reglas de conductas tradicionales en todos los órdenes de la vida; notable importancia de la religión y de la magia que interpenetran en la vida de la comunidad (ciclo económico anual, etapas del ciclo vital del individuo, actos jurídicos, trabajo y descanso, crimen y castigo); homogeneidad cultural y genética con notable coherencia e integración funcional; cambio cultural lento.»

            Divide el territorio en dos sectores: OCCIDENTAL (árido) y LITORALEÑO (húmedo), los cuales contienen a las diversas AREAS: 
·        OCCIDENTAL: Altiplano, cordillera hasta Cuyo, Sierras Pampeanas, zona santiagueña hasta el borde occidental del Chaco. Reciben la influencia aborigen que encontraron los españoles en la región, determinando actividades como el pastoreo de la llama, intenso cultivo, organización social estratificada, metalurgia y tejido.
·        LITORALEÑO: Mesopotamia, parte de la llanura pampeana (zonas santafesina y bonaerense), parte de la llanura chaqueña en contacto con al anterior. Como influencia aborigen, sobreviven la ausencia de pastoreo, cultivos de carácter tropical y subtropical, organización social más flexible y tecnología muy primitiva.
              Dentro de esta zonificación, establece las ÁREAS, a  las cuales  CONSIDERA COMO FOLKLÓRICAMENTE DEFINIDAS DESPUÉS DE MEZCLARSE CON LOS RASGOS HISPANICOS, a comienzos del siglo XII:
·        OCCIDENTAL: Puna, Noroeste, Meleros
·        LITORALEÑO: Vaquerías, Agricultores tropicales, Araucanos del Neuquén.


Los Ámbitos Folklóricos según Augusto Raúl Cortazar: Cortazar en su estudio evita el término REGIONES, por considerar que remite sólo al aspecto geográfico y por ello elige AMBITOS, al cual considera más abarcativo. Tiene en cuenta:
·        El factor ANTROPOGEOGRAFICO, es decir no el clima o la tierra aisladamente, sino la relación que el HOMBRE tiene con su medio ambiente.
·        El factor HISTORICO-CULTURAL, es decir lo tradicional, arqueológico, etnográfico y folklórico, con central detenimiento en lo regional y funcional.
·        Lo LINGUISTICO Y LITERARIO. Esto abarca desde las tonadas y topónimos de notable influencia aborigen hasta las producciones de folklore literario y literatura folklórica nacidas en ese ámbito.
           Los AMBITOS para Cortazar son:
-         Puna y quebradas del Norte
-         Sierras y valles de Noroeste
-         Cuyano
-         Patagónico
-         Pampeano
-         Mesopotámico
-         Chaqueño
-         Central

Las Áreas de la Cultura Folk, según Olga F. Latour de Botas: Esta investigadora y educadora reconoce enfáticamente las posiciones de Jacovella y Cortazar, pero toma del historiador Fernando Pagés Larraya, un trabajo que en 1981 establece una curiosa organización cronológica de la CULTURA CRIOLLA:
·        CULTURA CRIOLLA ANTIGUA, desde los orígenes prehistóricos hasta la creación del Virreinato del Río de la Plata: EDAD DEL CAOS Y DE LOS DIOSES.
·        CULTURA CRIOLLA MEDIEVAL, desde la creación del Virreinato hasta la promulgación de la CONSTITUCION DE 1853: EDAD DE LOS HEROES.
·        CULTURA CRIOLLA MODERNA, desde 1853 hasta 1955: EDAD DE LOS HOMBRES.
·        CULTURA CRIOLLA  ARGENTINA CONTEMPORANEA, los tiempos actuales.

      Estos momentos históricos y su influencia sobre las culturas populares, determinan para Bottas cinco grandes áreas en nuestras culturas folk:
·        ANTIGUO TUCUMAN, llamadas también «provincias de arriba», con marcada influencia de Lima. Incluye en ella dos sub-áreas: «Puna » e «Isla quichuista de Santiago del  Estero»
·        CUYANA, la cual comparte rasgos con Chile.
·        PAMPEANA, marcada culturalmente por la fuerte influencia irradiada desde Buenos Aires y con presencia indígena dada en lo mapuche.
·        NORDESTE, a la cual señala con mayor heterogeneidad, resalta las supervivencias aborígenes hasta nuestros días, con diversidad de etnias, y señala tres sub-areas:     
·        CHAQUEÑA, con sus tres períodos históricamente encadenados: MELERO, GANADERO y OBRAJE Y MIGRACION.
·        CORRENTINA, con fuerte identificación con Paraguay, citando como ejemplo el bilingüismo castellano-guaraní.
·        MISIONERA, con fuerte presencia interétnica aborigen, criolla, europea (española y portuguesa), africana y últimamente el aporte asiático.

Los Ámbitos Folklóricos Argentinos, según Felix Coluccio: Este autor ha realizado importantísimos relevamientos directos en las diversas culturas folk de nuestro país. De ello deriva que su clasificación sea sumamente ilustrativa para cada ámbito. Los aspectos que considera como caracterizadores son:
·        geográficos, en sentido amplio (relieve, clima, economía regional, flora, fauna).
·        etnográficos, registra todas las etnias existentes y su mestización.
·        folklore material, describe transporte, vivienda, ocupaciones, artesanías y alimentación.
·        folklore espiritual, mencionando lo literario, celebraciones paganas, cultos, creencias y supersticiones, mitos, música y danzas, costumbres trascendentales y rituales, juegos y diversiones de niños y adultos.
      Los AMBITOS que Coluccio define son:
·        Noroéstico,
·        Chaqueño,
·        Central (aquí incluye norte de Córdoba, Santiago del Estero y centro-norte de Santa Fe),
·        Cuyano,
·        Mesopotámico,
·        Pampeano
·        Patagónico




Esta clasificación permite al docente ubicar geográficamente el origen de la manifestación folk puesta en estudio. La idiosincracia del pueblo que la origina, determinada por su geografía, su clima, su historia, su lengua, etc.

Si bien muchas de nuestras expresiones tradicionales tuvieron vigencia en casi todo el territorio nacional (la chacarera por ejemplo), no es lo mismo una cueca norteña que una cuyana. Ni un bailecito jujeño que uno cordobés. Y esto es fundamental a la hora de encarar la enseñanza o puesta en escena de cualquier manifestación folk

Cuándo un hecho cultural es "folklórico"?


En un post anterior decíamos que Folklore es un una ciencia que estudia las manifestaciones culturales de un determinado sector de la sociedad. Y surge el interrogante: ¿todo lo que una sociedad hace o cultiva es folklórico? En realidad, diferentes estudiosos coinciden en que para que una manifestación popular pueda ser considerada como un "hecho folklórico" debe cumplir ocho requisitos a saber: colectivo, popular, empírico, oral, funcional, tradicional, anónimo y regional. Explicamos a continuación cada una de ellos.

COLECTIVO: Un hecho o costumbre, que en la actualidad es aceptado como folklórico: tuvo su origen como producto de un acto individual, pero posteriormente pasó a ser aceptado y adoptado por un grupo, pasando a ser colectivo y se da como algo natural, propio y vigente dentro de la sociedad.

POPULAR: Este hecho o costumbre pasa a ser popular por la asimilación que el pueblo ha hecho y como resultado lo integró a su vida diaria, como por ejemplo: el mate.

EMPÍRICO: Es decir que se efectúa espontáneamente y se va trasmitiendo una vez aprendido, por experiencia y observación de generación en generación.

ORAL: Tanto el aprendizaje como la transmisión del hecho folklórico, es por mediación oral sin quedar registrado, y se lo transmiten entre los integrantes de la comunidad.

FUNCIONAL: El hecho folklórico pasa a ser funcional, cuando identifica al pueblo o comunidad consigo mismo, satisfaciendo las necesidades sociales o espirituales de dicho pueblo.

TRADICIONAL: Para que el hecho sea folklórico debe tener arraigo popular, lo cual significa tener permanencia a través del tiempo. Subsiste a través de él, transmitiéndose de generación en generación.

ANÓNIMO: Que sea anónimo depende de la permanencia en el tiempo que ha tenido el hecho en la comunidad. Si el hecho persiste en el tiempo sin haber dejado constatado su origen, está implicando su anonimato.

REGIONAL: El ámbito folklórico es la región, cuyos habitantes conservan anónima y tradicionalmente un legado cultural. Los hechos folklóricos son geográficamente localizables, tienen expresión regional. La localización geográfica de un hecho folklórico no depende de la división política de una región, país o continente.

Como vemos, muchas de las manifestaciones que incluso hoy consideramos "folklóricas" no lo son en el sentido más ajustado de su definición. Por ejemplo: la Zamba del Laurel (cuyos autores son Armando Tejada Gómez y Gustavo "Cuchi" Leguizamón) no cumple algunos de estos requisitos: no es anónima (conocemos sus autores), no es oral pues existen registros (grabaciones, partituras, letra, etc.). Es lo que llamamos "de raíz folklórica". Por el contrario la elaboración de la mazamorra, reúne todas las condiciones del hecho folklórico. 

Con la aplicación de estos criterios resulta evidente cuáles son las manifestaciones de un pueblo que pueden ser objeto de estudio del folklore-ciencia, y cuales, definitivamente no son folklore.

domingo, 31 de enero de 2016

Comencemos por el principio

Expresiones populares como "el folklore del fútbol", "lo conoce mucha gente, es folklórico", son comunes en el lenguaje de nuestros días, especialmente en los medios masivos de comunicación. Comprendemos que se utiliza el término "folklore" como sinónimo de aquello que está arraigado en una comunidad o sector social. Pero ¿es este el único requisito para decir que algo es folklórico? Definitivamente NO. 

Por eso los invito a comenzar por el principio. Hagamos un poco de historia y tratemos de esclarecer los mitos que rodean a un término que todos deberíamos conocer y aplicar CORRECTAMENTE.

El folclore, folclor o folklore (del inglés folk, «pueblo» y lore, «acervo», «saber» o «conocimiento») es la expresión de la cultura de un pueblo: artesanía, bailes, chistes, costumbres, cuentos, historias orales, leyendas, música, proverbios, supersticiones y demás, común a una población concreta, incluyendo las tradiciones de dicha cultura, subcultura o grupo social. Además se suele llamar de la misma manera al estudio de estas materias. 

El término inglés «folklore» fue usado por primera vez el 22 de agosto de 1846 por su creador, el arqueólogo británico William John Thoms, quien deseaba crear una palabra para denominar lo que entonces se llamaba «antigüedades populares». En 1960, la UNESCO designó el 22 de agosto de cada año como "Día Mundial del Folclore" como reconocimiento a Thoms.

En Argentina coincidentemente se conmemora el 22 de Agosto el nacimiento de Juan Bautista Ambrosetti (1865-1917) un destacado investigador y educador, considerado el padre de la ciencia folklórica en nuestro país.

CONCLUSIÓN: Cuando hablamos de FOLKLORE, nos estamos refiriendo a una ciencia social (como la geografía o la historia) y como tal, a todo lo que ella abarca. La música y la danza son apenas pequeñas porciones de una disciplina mucho más amplia. ¿Todo lo que hace una comunidad es folklore? La respuesta es NO. Y en sucesivas notas veremos por qué.

Por ahora adelantamos que podemos distinguir dos tipos de folklore: MATERIAL e INMATERIAL y la función de cada uno de ellos.